lunes, 31 de agosto de 2015

Situaciones peligrosas

En la noche del Sábado, Agustín estaba bastante congestionado. Agarraba todo lo que encontraba a su paso para limpiarse la nariz. Los mocos lo ponen fastidioso. ¿A quien no? En un momento mi  esposo, que jugaba con él, me llama y me dice que cree que se metió un pedazo de bandeja de tergopol en la nariz. Tenia varias bandejas en el playroom para realizar actividades. En ese momento, Agustín comenzó a toser, y estornudar continuamente, a quejarse y tocarse el área superior de la nariz. A simple vista nada se veía. No paraba de estornudar y toser al mismo tiempo. Nunca había visto a una persona estornudar tantas veces seguidas. Tengo una clínica muy conocida a pocas cuadras de casa, pero no tienen especialistas de guardia, así que optamos por llevarlo rápidamente a la Clínica Olivos. Obviamente estábamos ante una urgencia; Cada semáforo en rojo, era como una daga en mi cerebro. Pareciera como que todos los semaforos de avenida Maipú se ponían de acuerdo. Por primera vez en mi vida podía ver el escandaloso acto de tantos crueles semáforos desincronizados, o tanta falta de onda verde... Cuando llamas "cruel" a un semáforo, rápidamente te das cuenta que estas perturbada. Quizás siempre están  así, pero no nos damos cuenta porque no estamos en una situación de riesgo. Situación difícil.  Y en ese clima de negatividad, donde todo parece irreal,  se cruzan tantas situaciones y sentimientos por la cabeza de uno. Pensás en todas las variantes acerca de como va a terminar la situación. Pensas cosas que no pasaron, y que quizás no ocurran y vas dejando que el temor, y los nervios se apoderen de tus pensamientos. Pero no todo es temor, no. Todos saben que soy cristiana.  Hubo una palabra de La Biblia que recordé en esa hora. "Tu guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado."
Intenté aferrarme a esa palabra. Comencé a pensar en Dios, en todo lo que ha hecho, todas sus bondades, todos sus beneficios. para nuestras vidas. Perseverar en mi pensamiento no solo me sacó de un gran hoyo de temor, sino que me trajo calma y esperanza. 
En situaciones de riesgo tendemos, por nuestra naturaleza humana, a desmoralizarnos, a temer, a caer. Pero no fue así. No ésta vuelta. Ahí estaba, ganando  una pequeña batalla. 
Cuando llegamos a la clínica, gracias a Dios, no había nadie. Nos atendió un pediatra de guardia rapidísimo, Agustín se acostó en la camilla a la orden del medico, (esto es un milagro) y permitió que le revisaran la nariz con un  otoscopio si no me equivoco. El medico le mostró a mi marido la posición del trozo de tergopol. Estaba muy dentro de la nariz y solo podía sacarlo un especialista. Tampoco había allí, así que  nos derivaron al Instituto Otorrinolaringologico Arauz, que tiene guardia permanente. 2:00 AM. Otra vez cruzando Buenos Aires a toda velocidad. 
-Ni loco vayas por avenida, agarrá la autopista, -le dije a Raul. Afortunadamente llegamos rápido. En el auto Agustín seguía tosiendo y estornudando como loco. 
Llegamos finalmente al instituto y un especialista lo examinó, nos pidió que lo sostuviéramos firmemente para poder sacar el trozo de tergopol en una maniobra. Debía estar sentado. Le pidió a mi esposo que lo sentara a upa y a mi que le sostuviera la cabeza. O Agustín tiene mucha fuerza, o yo tengo poca. Creo que ambas opciones son correctas. El Doctor abrió una larguisima pinza, que dormía en su sobre de papel esterilizado, y con un movimiento rápido retiró el trozo de tergopol. Dolió. Una doctora, hace un tiempo me enseño a reconocer las caras del dolor. Cosas raras.  No se que decir. Si fue útil o inútil. Como pensar que podía estar fingiendo? Imposible. Nunca olvidaré esa cara. Su nariz sangró un poco, lógicamente; El trozo de bandeja que estaba como insertado, finalmente estaba afuera. Nos recetó un spray  desinfectante y eso fue todo. A las 3:00 AM emprendíamos el regreso a casa, felices de haber terminado con esta situación. El mayor riesgo era que fuera al pulmón, eso hubiera sido lo mas complicado, expulsarlo solo no iba a ser posible, había que sacarlo si o si. Gracias a Dios ya era un recuerdo. Me recosté en el respaldo del auto y mis ojos se cerraban. Cuando tengo sueño no tengo nervios, o mejor dicho cuando estoy nerviosa no puedo dormir. Tenia paz. Me sentía físicamente agotada, pero en paz. Disfrutamos con Agustín del paseo de vuelta, cantamos canciones de su CD, miramos a la juventud paseando a esa hora como si fuera el mediodía y cuando llegamos a casa, tiré todas las bandejas que teníamos para manualidades. 
Es mas común de lo que uno cree que los chicos inserten objetos en sus fosas nasales, el terror de los médicos son las pilas de reloj,  esas que vienen en los típicos teléfonos celulares de juguete. En el enlace figuran los peligros de estas pilas.  Desde el minuto cero estoy mas cuidadosa. Esas pilas están en varios juguetes de Agustín, y a él hoy día, le encanta abrir el compartimento de los juguetes y sacar y volver a poner las pilas. 
Hay que prestar atención a estas pequeñas cosas. No volverse locos, pero si tomar todas las precauciones posibles. 
Gracias a Dios Agus esta mejor. Estuvo con ibuprofeno todo el domingo, porque le dolía la cabeza y la nariz. Fue un susto con suerte? No. Los que creemos en Dios no confiamos en la suerte, sino en la bendición.
Paz. 

2 comentarios:

apadea Puerto madryn dijo...

Dios mio , que susto, suerte que salio bien y se porto como un leon

Anónimo dijo...

Hola, mi nombre es Edith soy Polaca y vivo en Argentina, no escribo bien en español:) estoy lejendo tu blog. Tambien tengo hijo con espectro de autismo. Tengo una pregunta... estamos con la dieta SCD y nesesito preparar jogurt pero... pero no puedo conseguir en argentina bacterias para preparar... conoses alguna mama que hace dieta scd para su hijo/a ? saludos y besos